Entre los factores protectores del suicidio se encuentran los siguientes:
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Poseer habilidades sociales que le permitan integrarse a los grupos propios de la adolescencia en la escuela y la comunidad de forma positiva.
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Poseer confianza en sí mismo, para lo cual debe de ser educado destacando sus éxitos, sacando experiencias positivas de los fracasos, no humillarlos ni crearles sentimientos de inseguridad .
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Tener habilidades para enfrentar situaciones de acuerdo a sus posibilidades, lo cual les evitará someterse a eventos y contingencias ambientales en las que probablemente fracasará, reservando las energías para abordar aquellas empresas en las que salga triunfador.
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Tener capacidad de autocontrol sobre su propio “des-tino”, como dijera el poeta chileno Pablo Neruda, cuando expreso: “Tú eres el resultado de ti mismo”.
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Poseer y desarrollar una buna adaptabilidad, responsabilidad, persistencia, perseverancia, razonable calidad de ánimo y de los niveles de actividad.
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Aprender a perseverar cuando la ocasión lo requiera y a renunciar cuando sea necesario.
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Tener buena autoestima, autoimagen y suficiencia.
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Desarrollar inteligencia y habilidades para resolver problemas.
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Saber buscar ayuda en momentos de dificultades, acercándose a la madre, el padre, los abuelos, otros familiares, un buen amigo, los maestros, el médico, el sacerdote o el pastor.
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Saber pedir consejos ante decisiones relevantes y saber elegir la persona más adecuada para brindarlos.
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Ser receptivo a las experiencias ajenas y sus soluciones, principalmente aquellas que ha tenido exitoso desenvolvimiento.
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Ser receptivo ante las nuevas evidencias y conocimientos para incorporarlos a su repertorio.
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Estar integrado socialmente y tener criterio de pertenencia.
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Mantener buenas relaciones interpersonales con su compañeros de estudio o trabajo, amigos, maestros y otras figuras significativas.
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Tener el apoyo de los familiares y sentir que se le ama, se le acepta y apoya.